JOSÉ MARÍA RAUSELL MONTAÑANA (1.898 – 1.984)

        Nace en Meliana (Valencia), el 27 de Febrero de 1.898. Con 14 años entra, como aprendiz, en el taller de José María Ponsoda Bravo, donde coincidiría con Francisco Lloréns. Estudia dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia y después ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos. Con 24 años obtiene el título de profesor de dibujo, en la rama de escultura, aunque sigue trabajando en al taller de José María Ponsoda. En 1.930 instala, junto a su compañero Francisco Lloréns, un estudio taller en Valencia, donde realizarían su productiva labor escultórica, tanto de carácter civil, como, fundamentalmente, religiosa. El estudio cerró en 1.964, al morir el año anterior Francisco Lloréns, aunque Rausell seguiría tallando en su estudio de su pueblo natal. Murió en 1.984, a los 86 años de edad.

FRANCISCO LLORÉNS FERRER (1.902 – 1.963)

        Nace en Moncada (Valencia) en 1.902. En su etapa de aprendiz, conoció a José Maria Rausell, con quién, años más tarde, abriría un taller en la Plaza del Picadero de Valencia, que después se llamó del Pintor Pinazo, en donde trabajaron realizando encargos, básicamente, de imaginería religiosa. Tras cerrar temporalmente el taller durante la guerra civil, volvería a abrir las puertas en 1.939, con una gran actividad, en los años posteriores, para sustituir las pérdidas y destrucciones en el patrimonio religioso, ocurridas durante el conflicto. Francisco Lloréns murió en 1.963.

 La decoración de la imaginería se debe al trabajo de Juan Castellanos, uno de los más acreditados de su época. La mayor parte de las imágenes de Rausell y Lloréns eran de talla completa, por lo que había que decorar las vestiduras, labor de la que se encargaba este artista. Los estofados que conseguía este decorador, aportan a las imágenes un gran valor artístico.

Labor Escultórica

        La obra de Rausell y Lloréns está repartida por toda España y en Ciudad Real tuvieron un gran valedor en la figura del que fue párroco de San Pedro, D. Emiliano Morales. Para nuestra ciudad tallaron, además del grupo escultórico del Misterio de El Encuentro (1.946), la Virgen del Mayor Dolor (1.944) y el Cristo de la Buena Muerte (1.947) de la Hermandad del Silencio; las imágenes de los Apóstoles del retablo de la Catedral destruidas durante la guerra (1.947 – 1.954); la imagen de la Virgen de Alarcos (1.949) y la imagen de la Virgen del Prado (1.950).